01 noviembre, 2012

Después de Lucia: Reflejo Social.



Dentro del Festival de Cannes este 2012, dentro de la categoría “Una Cierta Mirada” (Un Certain Regard) la cual premia a películas con un estilo innovador y desafiante narrativa, fue nada más ni nada menos que entregado por parte del presidente del jurado este año, el actor Tim Roth, al mexicano Michel Franco por su segundo largometraje titulado “Después de Lucia”.




Desde ese momento podría decirse que la película quedo marcada como “la ganadora en Cannes de este año”.

Confieso que no he visto la opera prima de Franco, “Daniel y Ana”, y tal vez en un futuro lo haga, pero “Después de Lucia” ha sido el largometraje que lo ha puesto a la vista de los medios nacionales por este logro y donde incluso apoyado de la Fundación Televisa, se inició una campaña de distribución y marketing que no se había visto con ninguna película nacional hasta ahora.

¿De qué va el filme que tanto se ha comentado en los medios? Decir que el tema principal de esta película es el acoso escolar (o “bullying” para aquellos que usan el termino norteamericano) es demeritar temas más profundos dentro de la película, pero sin duda este tema le ha abierto paso a la película para posicionarse e incluso representarnos como candidata al Oscar de este año.

La historia nos cuenta el viacrucis de un padre (Hernán Mendoza) y su hija llamada Alejandra (Tessa Ia) que después de la trágica muerte de la madre y esposa, deciden dejar su lugar de origen, Puerto Vallarta, para iniciar una nueva vida en el Distrito Federal y dejar atrás el terrible suceso.  Pero la vida nueva para ambos resulta peor, mientras que el padre de Alejandra se hunde en depresión, ella después de un suceso desafortunado, comenzará a sufrir de acoso escolar por parte de un grupo de compañeros.

El primer acto de la película es intenso en escenas, y los encuadres y manejos visuales narrativos son pausados y sofocantes donde vemos el cambio de vida de ambos personajes, donde el grandioso Hernán Mendoza sabe transmitir el dolor que le embarga y que lo hunde en depresión alienándolo de todo lo que sucede a su alrededor, mientras que Alejandra simplemente desea pertenecer al nuevo lugar al que llega.

Dando paso a la segunda parte del film, Michel Franco comienza a atar cabos y a denotar la fractura familiar que viven ambos personajes y dando pie a que Alejandra cometa el error que le costara caro dentro del círculo social que se encuentra al ser grabada teniendo relaciones sexuales con un compañero de la escuela y siendo difundido por la web, interesante y cruel reflejo de la comunicación viral actual.

Si bien Franco logra captar la decadencia de padre e hija, cada uno a su estilo reflejando la falta de comunicación entre ambos, al momento de llegar a las escenas donde Alejandra es acosada constantemente,  el director pese a que logra hacernos sentir coraje y repulsión por este fenómenos social del acoso escolar, abusa de los elementos narrativo-visuales para provocar controversia haciéndolo alejarse en momentos del punto central de la trama.

Pese a esto, la película logra una consistencia cinematográfica admirable para llegar a un frustrante pero a la vez aterrizado final que reflexiona sobre las relaciones entre padre e hijos, así como la decadencia social que el ser humano experimenta ante la intolerancia y la perspectiva moral de las situaciones, como lo es el acoso escolar.

Un punto importante y que resalta, es como dentro de la narrativa, la película insiste en un pequeño aparato electrónico como el antagonista principal y torturador constante de padre e hija: el teléfono celular. Escenas como cuando el padre de Alejandra solo puede comunicarse con ella de forma correcta por este medio, la grabación del video, el constante acoso de sus compañeros siendo filmado por este medio e incluso el “flashback” de Alejandra sobre el accidente de la madre recordado de la grabación de un teléfono celular hacen un retrato de la realidad actual y la comunicación social por medio de la tecnología.

La película cuenta con aspectos cinematográficos valiosos, con un ritmo correcto e incluso la falta de música permite que la perspectiva como espectador se haga más íntima con las situaciones que suceden en la historia pese a la sobreexplotación de recursos narrativos, la película funciona resultando un proyecto cinematográfico dentro de nuestro cine muy interesante y que vale la pena ser visto.

¿Logrará la nominación al Oscar a Mejor Película Extranjera?, eso es lo de menos, y si lo logra será un gran triunfo.

CALIFICACIÓN: 8/10

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